Diana desde hace un tiempo decidió independizarse, mudándose a otra ciudad. Luego de buscar en varias partes, encontró un apartamento bien ubicado, tranquilo, con buena iluminación y que se ajustaba a su presupuesto. Sin embargo, Carlos, el propietario, le comentó que el costo del servicio de la luz se dividía entre todos los residentes.
Después del primer mes de haberse pasado a su nuevo apartamento, Carlos le entregó un papel con el valor que debía pagar por el servicio de energía. Aunque le pareció un poco costoso para el tiempo que llevaba, pensó que era justo.
Luego de un tiempo, salió de la ciudad para visitar a sus padres y después de un mes regresó a su apartamento. Pero, cuando llegó el recibo de la luz, notó que le estaban cobrando un precio que no se ajustaba al consumo de energía ese mes, ya que el inmueble había permanecido solo.
Cuando realizó el reclamo, Carlos le manifestó que para facilitar el proceso dividía el valor de la factura en partes iguales. Diana pensó que esto no era justo, puesto que, para cada vivienda, el consumo es diferente.
Debido a esto, le comentó que prefería mudarse, porque no estaba dispuesta a seguir pagando la factura de energía de esa manera. Igualmente, esta situación comenzó a afectar a los demás residentes, pues sentían que el valor no correspondía con sus consumos. Algunos buscaban métodos para ahorrar, pero otros gastaban en exceso.
Carlos, al ver los problemas que le estaba ocasionando este método de facturación, decidió realizar la independización de cuentas con expertos profesionales de Enel X.
Los profesionales llegaron a la propiedad e instalaron los contadores con sus respectivos cables para registrar el consumo por separado.
Desde entonces, Diana y los demás residentes reciben cada mes la factura de energía por separado y pagan lo que verdaderamente consumen.