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Ciudad digital - Enel X

Smart Grid Technologies Flexibility

Internet de la electricidad: Las tecnologías de redes inteligentes son las redes energéticas del futuro.

Publicado el 22 Abril 2021 Tiempo de lectura 6 min

Con el mundo avanzando hacia un futuro más sostenible, la flexibilidad y la resiliencia son las cualidades clave sustentadoras de la red inteligente que impulsará la economía en el porvenir.

 

La red inteligente y el Internet tienen mucho en común. Ambos son productos de digitalización; ambos están apoyados en la flexibilidad y la resiliencia; y en ambos casos, la resiliencia proviene de la redundancia, la capacidad de una parte de la red para tomar el lugar de otra y asegurarse alcanzar el destino final. 

 

Además, ambos están descentralizados y favorecen la dispersión: Internet se basa en millones de computadoras pequeñas vinculadas entre sí, y la flexibilidad de la red inteligente le permite aprovechar la capacidad de los generadores en los sitios propiedad del cliente, los paneles solares en los tejados, etc., así como la salida de enormes centrales eléctricas.

 

Los dos son interactivos: en las redes eléctricas tradicionales, los flujos van en una sola dirección, desde el proveedor de energía hasta el consumidor. Por su parte, una red inteligente se define por los flujos que van en ambas direcciones, de la misma manera que los datos transportados por Internet, ya que en este caso va del proveedor de energía al consumidor y del usuario al proveedor de energía. 

 

Estos flujos se guían por un sistema de controles, computadoras y nuevas tecnologías que trabajan juntos para responder rápidamente a las demandas cambiantes hechas en la red.

 

La resiliencia y la flexibilidad hacen que la red inteligente sea parte integral en la creación de ciudades inteligentes. Las fuentes de energía renovable que están ganando importancia tienen un inconveniente significativo: dependen del clima. 

 

Por ejemplo, en un día inmóvil, los aerogeneradores que podría utilizar una empresa de servicios públicos para satisfacer la demanda máxima no generarán ninguna potencia y su entrada tendrá que ser reemplazada. Así, la red inteligente facilitará la integración de fuentes alternativas, como la electricidad de los hogares y los vehículos eléctricos, y la energía almacenada en la red.

Una red inteligente hace que el consumo de energía sea más eficiente, menos costoso y dispendioso. Al permitir una supervisión constante del uso, este tipo de red garantiza que la energía que un cliente extrae de la misma disminuya cuando la demanda alcanza su punto máximo, lo que ayuda a reducir las facturas, porque los datos de hasta un minuto de duración reducen los costos operativos del proveedor de energía. 

 

El flujo de datos en tiempo real es una característica importante de una red inteligente. Los medidores inteligentes, claves en la modernización de la red, proporcionan los datos de consumo de los clientes en tiempo real, permitiendo servicios avanzados como la facturación adaptada al usuario y brindando información necesaria para modificar el comportamiento y mantener las facturas más económicas.

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El flujo de datos de la red también ayuda al proveedor de energía a restaurar el suministro más rápido después de una interrupción, ya que es probable que la interrupción de las fuentes de alimentación, potencialmente a gran escala, tenga mayor importancia a medida que el cambio climático sea más extremo y frecuente. 

 

Por ejemplo, en 2016 una fuerte tormenta que ocurre una vez cada 50 años, arrasó el sur de Australia, derribó pilones y dañó los interconectores que rigen el flujo de energía entre redes, dejando a la mayor parte del país, incluida la capital, sin energía. 

 

En octubre de 2018, la empresa de servicios públicos californianas Pacific Gas & Electric tuvo que  suspender el servicio de energía para 60.000 clientes con el fin de reducir el riesgo de incendios forestales causados por la afectación de los vientos en los cables de energía; los incendios forestales que devastaron gran parte de Australia a finales de 2019, son otro ejemplo.

 

La flexibilidad en el suministro de energía es una prioridad a medida que el clima  aumenta de temperatura y el nivel del mar sube. Al igual que muchas de las megaciudades del mundo, Londres corre el riesgo de inundaciones por mareas desde el Mar del Norte. 

 

Esta ciudad extrae energía de generadores ubicados en la costa que pueden verse afectados por el alto nivel del mar, y tiene subestaciones eléctricas que son vulnerables a las inundaciones locales, según un informe de C40, una red de las ciudades más grandes del mundo que se centra en abordar el cambio climático.

 

Otras causas potenciales de cortes de energía incluyen hackeo, llamaradas solares, inundaciones y terremotos. En resumen, una red inteligente es vulnerable a la interrupción; el flujo constante bidireccional de datos que la define puede ayudar a detectar interrupciones que se produzcan por cualquier razón para aislarlas y contenerlas antes de que se conviertan en apagones a gran escala.

 

La flexibilidad y la resiliencia son vitales para reducir la fragilidad de los sistemas que sustentan la vida moderna como las comunicaciones, el transporte, la energía y mucho más. La red inteligente es clave de esa red de redes, es una solución que conducirá a las ciudades inteligentes hacia un futuro más eficiente y digitalizado.