Tener 60 años en el mercado de la transformación del acero y trabajar con grandes clientes a nivel nacional e internacional ya es todo un mérito; estar obteniendo ahorros en el consumo energético y un aumento de la producción, gracias al esfuerzo conjunto que está realizando con Enel X, es un caso de éxito.
Estamos hablando de Corpacero, compañía 100% colombiana que fabrica productos dirigidos al sector de la construcción, con diseños propios como Corpaloza y Corpatecho, y que ha ejecutado infinidad de proyectos en Colombia de obras civiles como puentes, carreteras, viaductos, alcantarillas, entre otras. La historia de Corpacero es tan fascinante como sus productos: la empresa comenzó en Bogotá y en 2010 se mudó a Barranquilla, a la Zona industrial vía 40 de esa ciudad, donde tenía un puerto propio con aduana interna frente al río Magdalena, y donde operaba su primera y la más grande planta galvanizadora de acero en Colombia con una plantilla de 700 empleados.
Hoy Corpacero cuenta con 4 plantas divididas según su producción: la primera es la galvanizadora; la segunda fabrica productos transformados; la tercera, tuberías de distintas longitudes y tamaños, y la cuarta elabora productos de la marca estadounidense ARCO, especializada en grandes alcantarillas y defensa de carretera, gracias a una licencia obtenida en 1974.
Volvamos a su historia cuando en 2017 comenzó una gran renovación del puerto de Barranquilla y con ella la migración de las industrias que estaban ubicadas en la cabecera del río. Corpacero fue una de ellas y así empezó la búsqueda de una nueva locación para sus 4 plantas. La ubicación elegida fue la zona franca de Barranquilla, la más antigua de la ciudad, pero con la ventaja estratégica de estar al margen del río y al lado del puerto; habiendo escogido el lugar, Corpacero necesitaba un aliado experto en temas eléctricos y con capacidad financiera para solucionar distintos problemas que enfrentaban en esta nueva etapa, relacionados con la capacidad instalada del lugar que sería, a partir del momento, centro de sus nuevas instalaciones productivas.
Fue así como en 2018 tocaron la puerta de Enel X con una necesidad puntual: trasladar sus plantas sin tener que suspender su producción, a la par que buscaban mejorar la eficiencia energética.En 2019, ambas empresas comenzaron un trabajo conjunto donde Enel X actuó como ejecutor de un proyecto de migración de tres fases y además como financista del mismo. Ese año arrancó el traslado de la primera planta, la de ARCO, la cual finalizó en octubre de 2020.
Enseguida comenzó la segunda fase, el traslado de la planta de productos transformados en una bodega con las adecuaciones necesarias para la fabricación de dichos insumos. En este momento, el proyecto se encuentra ejecutado en un 80% , y en paralelo ya empezó la fase 3 que consiste en la reubicación de la planta de tuberías.
Aquí el proyecto se encuentra en etapa de diseño y se espera termine en el segundo trimestre de 2022.