Al interior de las instalaciones eléctricas también se presentan perturbaciones que deforman las ondas de la energía, y desencadenan en pérdidas de energía y daños en los equipos.
¿Recuerdas los inicios de los computadores? Eran sistemas gigantes, ocupaban una habitación completa, su procesamiento era muy poco eficiente, y empleaban cantidades descomunales de potencia y energía. Debes saber que uno de los factores que nos permitieron dar el salto a los computadores que conocemos hoy -de menor tamaño y mucho más eficientes-, es la electrónica de potencia. Y así como influyó en la modernización de los computadores, lo hizo con los equipos industriales.
Una solución, con un efecto colateral
Sin duda, la electrónica de potencia permitió una fuente de alimentación mucho más pequeña, eficiente y maximizó sus componentes. No obstante, este cambio desencadenó un nuevo fenómeno: deformó las ondas de la energía, y cuando dichas ondas deformes pasan por los cables de la instalación eléctrica producen a su vez ondas deformadas de tensión.
De manera que pasamos de tener una energía con una forma senoidal a una deformación como consecuencia de de las armónicas que inyectan las cargas, que en su mayoría son de tipo industrial.
Para ilustrar, demos una mirada al siguiente ejemplo. Si antes el porcentaje de distorsión era de 0,1%, la electrónica de potencia aumenta la distorsión en 3,4%, de por sí ya hay un incremento alto. A lo anterior se suma la compensación de reactivos; a saber, la energía reactiva debe ser condensada y lo que usualmente se usa para ese fin son los condensadores, sin embargo estos también tienen un efecto desfavorable porque cuando el condensador se integra a un sistema eléctrico compensa la energía reactiva, pero también aumenta las armónicas: la consecuencia en el sistema es que la onda termina deformándose aún más. Cuando esa energía “turbia” atraviesa los conectores, equipos, transformadores y demás, genera pérdidas en el sistema eléctrico y deteriora los componentes de los equipos.
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¿Cómo elegir la solución eléctrica correcta?
Recapitulando, los bancos de condensadores agudizan la presencia de armónicas en el sistema eléctrico, así que el primer movimiento que debes realizar es retirarlos e instalar un filtro, puede ser uno LC o uno Activo, y es en este punto en donde te encuentras de frente con una disyuntiva: ¿qué filtro elegir?
En esencia, ambos cumplen la misma función: el primero es uno de los tipos de filtros más básicos, no tiene elementos electrónicos y su funcionamiento es pasivo, mientras que el funcionamiento del segundo se basa en electrónica pura, lo que le permite eliminar más rápido cualquier distorsión. El punto de diferencia está en que cada uno de ellos responde a unas necesidades distintas.
No hay nada que un diagnóstico no pueda resolver
Ya lo hemos dicho antes: implementar una solución inadecuada es tan grave como no darle solución al problema. En ese orden de ideas, para identificar cuál es el filtro que puede resolver las necesidades puntuales de un sistema eléctrico es pertinente implementar un Análisis de Respuesta Frecuencia, que consiste en realizar una medida de todos los parámetros eléctricos, luego se hace un modelamiento y finalmente una simulación de esos parámetros eléctricos para entender en qué nivel están afectando las armónicas. Con los resultados de ese diagnóstico en mano se puede elegir la solución correcta.
Finalmente, es importante hacer énfasis en que una consecuencia del uso y el paso del tiempo es que los filtros reducen su eficiencia. Nuestra recomendación es implementar un diagnóstico cada año para anticipar cualquier daño y verificar que las ondas de la energía estén actuando en la frecuencia correcta.