Hoy vamos a hablar de los filtros electrónicos, pero antes remontémonos a los años 1940 cuando los primeros computadores eran equipos gigantes, alojados en grandes espacios y con fuentes de energía enormes pero ineficientes.
Esto se debía a que se alimentaban de una fuente de energía no convencional o lineal donde las ondas que se transportaban eran senoidales; cuando cambió la fuente de energía, disminuyó el tamaño de los equipos y aumentó su eficiencia, se generaron menores pérdidas en el sistema y un menor calentamiento de los equipos.
A pesar de estos logros, cambio de tecnologías y eficiencias que se dieron todos los campos productivos, estas nuevas ondas de menor magnitud y mayor frecuencia, pueden generar distorsiones en sus extremos conocidos como armónicos, devolviéndose al sistema y produciendo variaciones de frecuencia o velocidad capaces de ocasionar pérdida de eficiencia, calentamiento y mal funcionamiento de los equipos.
Y estas distorsiones eléctricas ocasionadas por las nuevas cargas se volvieron más frecuentes con el tiempo; estas cargas que ocasionaban dicho comportamiento se denominaron no lineales, es decir cuando la forma de la onda de corriente no corresponde con la forma de onda de tensión, es decir senoidal.
Esta distorsión se entiende a través de modelos matemáticos (series de Fourier) y se puede descomponer en componentes conocidos como armónicos. La presencia de armónicos se mide con una magnitud conocida como Tasa de Distorsión Armónica (THD).