¿Alguna vez te preguntaste qué tipo de comprador eres? Tal vez es el momento de hacerlo no solo para evaluar en qué gastas tu dinero, si no también cómo optimizarlo; además, te ayudará a ahorrar y ser más inteligente la próxima vez que compres. ¿Listo para enfrentar la verdad? ¡Sigue leyendo!
Más puede ser menos
Primero expongamos una verdad moderna: estamos llenos de opciones. Marcas, colores y precios se abren ante nuestros ojos llamándonos a la compra y aunque se crea que esto hace más sencillo el proceso, la realidad es que a veces ocasiona confusión, frustración y hasta culpa luego de una elección.
Así lo explica el sicólogo norteamericano Barry Schwartz en su libro The Paradox Of Choice, quien determina que dentro de este mar de elecciones, navegan dos tipos de compradores: el impulsivo y el analítico.
Los que hacen compras impulsivas
También se les llama compradores irracionales pues su proceso se basa en un impulso. Si te identificas con frases como “No sé para qué ¡pero lo quiero!” “Esto tiene que ser mío” o “Me encanta”... eres un impulsivo sin remedio.
Te dejas llevar por el momento olvidando que tal vez ya tienes algo parecido o no necesitas eso “tan lindo”. Eres el objetivo soñado de las marcas pues te ven como un blanco fácil de convencer a la hora de comprar, por eso exhiben para ti chicles, llaveros y todo tipo de cosas que seguro comprarás en la caja.
El comprador analítico
Del otro lado están los compradores racionales, quienes antes de adquirir un producto atraviesan un proceso planificado que comienza con el reconocimiento de un problema y sigue con la búsqueda de su solución, o sea la compra en sí.
Antes de hacerla, analizan precio, calidad, marca, productos similares, plazos de entrega, garantía y posibles ofertas. Por eso, si googleas los reviews de otros compradores, lees contenido de comparación de marcas y haces un pequeño research entre conocidos, eres un comprador análitico.
Tú no te dejas tentar por colores bonitos o porque algún influencer te recomiende comprar, para ti es más importante la utilidad del producto y el tiempo en el que podrás amortizarla… ¿Te suena?
¿Cuál es mejor?
Ahora que sabes cuál de los dos tipos de comprador va más contigo, debes estar pensando si estás equivocado, pero en realidad ambos estilos funcionan en distintos casos.
Comprar por impulso es bueno para descubrir nuevos productos, probar marcas o estar a la vanguardia en tendencias: ¿Ya probaste papitas hechas en una airfryer? ¿Estás antojado de unos audífonos inalámbricos? Mira estas opciones.
Por otro lado, hacerlo analíticamente es fundamental en artículos no perecederos como seguros, vehículos o productos de lujo. ¿Quieres ahorrar en transporte y crees que la movilidad eléctrica te ayudaría? ¿Necesitas asegurar tu hogar? Analiza estas alternativas.
En ambos casos, sé responsable con tus finanzas y evita sobre endeudarte; disfruta de tus compras y recuerda que en nuestra tienda online encuentras miles de productos que se adaptan a lo que necesitas.
