El sol se ha considerado una fuente de vida, pues su radiación es fundamental para el desarrollo de los seres vivos y el mantenimiento de las condiciones adecuadas para la vida en nuestro planeta. Sin él, la Tierra sería simplemente una gran roca cubierta de hielo.
Además, el sol ha servido como una eficaz guía para medir el tiempo, orientarnos y comprender el funcionamiento biológico de las diversas especies que habitan en el mundo.