En la actualidad, los automóviles eléctricos ya tienen una mejor relación con el ambiente que cualquiera de las alternativas del mercado, tanto en emisiones de CO2 como de otros contaminantes, ya que es la única tecnología que permite una eliminación total tanto de emisiones de óxido de nitrógeno local (NOx) como de pequeñas partículas de materia (PM) al conducir.
Además, considerando a la generación de energía libre de carbono en el futuro, un sistema de transporte electrificado será sostenible y libre de emisiones de CO2.
Aun así, al volverse la generación eléctrica libre de carbono casi por completo -un escenario previsto para el 2050-, las emisiones durante todo el proceso de producción de un automóvil eléctrico hasta su uso efectivo serán aproximadamente cero.
Los vehículos eléctricos mejoran la calidad del aire. Esto permite, especialmente en las grandes ciudades, reducir el impacto directo en la salud de las personas, dando como resultado menores costos médicos y de salud.
Finalmente, no debemos olvidar otro tipo de contaminación: el ruido del tráfico y los escapes del motor con los que tenemos que vivir diariamente. Los automóvil eléctricos son silenciosos y su uso permite mejoras significativas en la calidad de vida de las personas.