Como parte de nuestro acuerdo con Banco Santander, y en línea con el objetivo global de la entidad de ser carbono neutral al 2025, realizamos el reemplazo de los generadores de respaldo de combustible líquido por baterías de litio en 12 sucursales de la entidad.
Allí, instalamos 18 módulos de baterías de 2,56 kWh, donde la potencia de los inversores es 15 kW, con una autonomía de 3 horas; y la capacidad de almacenamiento es 46,08 kWh. Las baterías se cargan a través de la red eléctrica y paneles fotovoltaicos.
Estas acciones son parte de un mercado energético que está siendo testigo de una nueva fase en su evolución. El vertiginoso aumento de las energías renovables, en conjunto a una mayor digitalización de las redes eléctricas, evoluciona la forma de generar y distribuir la energía.
En ese sentido, la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero colabora en la lucha para mitigar los efectos del cambio climático. Por esta razón, como compañía trabajamos en la transición energética bajo tres pilares: la descarbonización, la digitalización y la electrificación.
Baterías de litio como fuente de almacenamiento
Las baterías de litio se presentan como un sistema de almacenamiento de energía, que permiten crear una reserva a la que se puede recurrir en cualquier momento.
Además, proporcionan un respaldo inmediato para alimentar ciertas cargas críticas ante potenciales cortes de suministro.
En esa línea, son sistemas híbridos que permiten el almacenamiento de energía proveniente de fuentes renovables, y su autonomía, depende del tamaño.